jueves, 1 de diciembre de 2011

“EL BALCÓN”

Es de tarde, casi noche,
las sombras se van expandiendo,
la obscuridad camina tenuemente,
y la luz, va desapareciendo.
por esta plazoleta que une los,
cuatro puntos cardinales en un centro,
donde se gestiona un silencio,
y donde se escuchara el alarido,
de una ausencia pronta a ocurrir.

Aquí, estoy yo, solo, con mis pensares,
sentado en este balcón,
oteando lo mejor que puedo,
hacia la Plaza a mis pies,
tratando de comprende,
el ciclo de la esperanza,
que se repite una y otra vez,
asi, como miramos, a la distancia,
sin precisar rostros, pero conformando, figuras.

El transcurrir se hace su propio eco,
cuando en los conceptuales momentos,
descubrimos que nuestra presencia,
es solo eso, y no otra cosa,
que pueda llamar la atención de aquellos,
que pasean por esta Plaza,
que concurren en sus caminares,
como rindiendo tributo a esas sombras,
que proyecta el ciclo de la vida.
Y que de forma y manera consecuente,
se funden en su transición,
de luz , visibles; a penumbras, que se opacan,
sin que nada, altere su transcurso,
y sin que le interese, descubrir, algo más allá,
a sus propias intenciones.

El balcón sirve como la atalaya,
de un solo centinela,
que mira y mira, sin concertar una idea,
que lo lleve, a comprender mejor,
la importancia de esa vida,
que como la altura lo determina,
se desplaza por sus pies,
sin siquiera darse cuenta de que,
usualmente ese caminar, es una despedida,
de un presente ,siempre transcurriendo,
que se hace futuro y pasado, a la vez;
y más que una despedida,
se constituye en una bienvenida,
a una densa soledad que compite,
en su expansión, con las sombras que bañan,
la Plaza, a mis pies, desde este balcón,
que simplemente es, la realidad en la que habito,
y la que me permite, sin recriminarme,
a pensar, como yo quiero.-

Jose Angel Chaviano Febles.
December 1, 2011
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