El deseo se hace carne latente,
cuando la trayectoria del amor,
desemboca en el cauce húmedo,
de tu interior incitante,
suscitando una fértil germinación,
de esencia suprema que transpira,
y cambia el cauce de la vida misma,
por su importante y desbordante,
irrigación de nueva vida a concebirse,
como colofón y recompensa,
al amor ejecutante de nuestras vidas,
y que se concreta en una nueva acción,
colmada de pasión y de intensa evocación.
Jose Angel Chaviano Febles.
September 3, 2011
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