Para amar,
no hay,
que estudiar.
No hay que,
graduarse,
de nada.
Solo tienes,
que tener,
un corazón,
sensible,
receptivo y
compartidor.
Son las sensaciones,
las que marcan
las pautas.
Las que fijan
las acciones
a seguir.
Es rendirte,
ante la realidad,
de las emociones,
que descubren,
tus ansias,
de brindar,
Y de recibir
esa entrega única,
que es el amor,
de pareja.
Experiencia,
sublime y hermosa,
que conlleva,
a intercambios,
profundos,
de esencias y efluvios,
que modifican,
por siempre,
como se ve la vida,
a partir,
de ese momento.
donde se compenetran,
firmemente los deseos,
y las sensaciones,
escondidas hasta entonces.
Es el renacimiento,
de la vida misma,
que resucita en repetición,
una y otra vez,
Y que nunca acabara,
mientras hayan almas,
dispuestas siempre,
a continuar este intercambio,
de amor y sentires,
mas allá, de la propia,
comprensión.
Jose Angel Chaviano Febles
March 1, 2010
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