Conocerte
fue
como
nadar
en un
Mar de dicha.
Hablar
contigo
fue
como
remar en el Mar.
Llegar
a
conocerte
fue
como
Respirar bajo el Mar.
Enamorarme
fue
como
ahogarme
en ese Mar
Poseerte
fue
como
resucitar
en ese mismo Mar.
Perderte
fue
como
nunca haber nacido,
para
no ver este Mar
que se
convirtió,
en un Mal
recuerdo;
en el mismo
recuerdo que
ahora tengo
del Mar.
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