Avanza el pensamiento,
por caminos inconscientes,
vacios de sentimiento,
buscando mi alma perdida.
Tristeza de fondo lleva,
en este peregrinaje,
sin saber que nunca más,
podrá alcanzarme su imagen.
Vagando por las infinitas,
distancias de los recuerdos,
sombras y penumbras tejiendo,
a un ritmo de bamboleo,
que embotan sus ausentes presencias,
de toda expresión consecuente.
Vivo en una inmensidad,
llena de olvidos pasados,
que pudieran ser ahora,
mi única compañía,
ya que no veo mi presencia,
resurgiendo de esta madeja,
en la que se ha,
convertido mi vida,
por mi irreverente ausencia.,
dentro de la no permanencia,
de estos pensamientos insconcientes.
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