sábado, 9 de enero de 2010

“VELERO VIEJO” Poesía por José Angel Chaviano Febles.

Navega un velero, sin rumbo,
por un mar lleno de ilusiones,
buscando un lugar afín,
donde poder recoger sus velas,
descargar sus penas; y soñar,
sus recuerdos.

El mar se brinda,
a llevarlo,
a pesar de los problemas,
de sus maderas gastadas,
del viento y de las corrientes,
pero el mar, es un gran amigo,
de este velero valiente.

Una amistad ganada,
por años de intimidad,
asi como por las caricias, que el velero,
prodigaba , en la superficie del mar,
deslizando su quilla y haciéndolo suspirar
como solo él, lo podía dar.

Y fiel a su obligación,
de mantenerse navegando,
de continua sin parar,
por estas inmensidades,
liquidas y bamboleantes,
surca raudo sin un rumbo,
hasta ver a donde se puede encallar,
y asi descansar de una vez,
de este siempre, deslizante mundo.

El velero no está solo,
lo acompañan sus recuerdos.
Recuerdos muy agradables,
de cuando era más joven,
en su cubierta lustrosa,
hermosas mujeres posaban,
y llenaban de carcajadas,
todas sus maderas bronceadas.

Eran tiempos bien profundos,
cuando el amor de los cuerpos,
se entregaban sin complejos,
en aquellas cubiertas vírgenes,
dispuestas a lo que fuera,
con tal de que la satisfacción fuera,
lo mas encumbrado a lograr,
con aquellas maderas, como testigos callados,
de esa gran efusión,
que empapaba la cubierta,
antes de que las olas del mar;
las limpiaran, con su incesante saltar.

Ahora todo pasó, la vejez se hizo cargo,
la soledad y el olvido vencieron,
y nadie ya mira al velero,
como símbolo de pasión.,
sus maderas están roídas; su brillo ya caducó.
Sus velas ya no se hinchan, pues el viento no
Le sopla, más.

Se hace a la mar una vez más,
buscando ese lindo lugar,
donde poder encallar,
y dedicarse a recordar,
en vez de seguir navegando,
es ahora su único anhelo,
por este mar, de recuerdos,
que siempre y hasta el final,
querrá atesorar y guardar,
entre sus velas y maderas vencidas,
por esta implacable, y cruda, realidad.,
del tiempo, que transcurre, sin parar.

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