Lindas Tortugas amarillas;
que al salir el sol, se convierten;
en hadas doradas, sin alas;
vienen en cascadas, agitadas;
a la orilla, a tomar el sol.
Su carapacho refulgente y brilloso;
me encandila los ojos, al tratar de detallarlas;
pues estas tortugas amarillas;
son unas pillas del corojo.
Comen yerba y comen pan;
pero como son emigradas de Cuba;
si hay que comer tierra, se come tierra, igual.
Lindas tortugas amarillas, esperando a su verde carey;
se mueven con su esbelto talle;
sacudiéndose el trasero;
esperando que el carey, salga de su letargo;
y se funda con ellas, en una orgia de quelonios;
y donde el color amarillo, pasaría a un segundo plano;
pues el verde del carey, es un verde, del demonio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario